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miércoles, 16 de enero de 2013

Balance de la primera vuelta del Athletic (2º parte)


Tras la conclusión de la primera parte del campeonato estos son los datos que baraja el Athletic Club: 19 partidos jugados, 6 victorias, 3 empates y 10 derrotas, 23 goles a favor, 39 en contra. 21 puntos que les colocan en el puesto 14º en la clasificación, a 4 puntos del descenso y a 10 de Europa. Estos son los datos que refleja la tabla pero hay muchos más aspectos que merece la pena desgranar si queremos comprender algo más de la situación que atraviesa el club bilbaino. Hay muchos aspectos dignos de análisis.

Bajo rendimiento de jugadores fundamentales

Durante la pasada temporada todos los seguidores rojiblancos disfrutaron de tardes y noches memorables con grandes encuentros, todos ellos protagonizados por los chicos de Bielsa, esos muchachos que desplegaban ese fútbol loco en materia de revoluciones. No solo los campos de la liga española, sino muchos de los mejores estadios de Europa disfrutaron de las carreras de De Marcos, las diabluras de Muniain, la arquitectura de Herrera, el temple de Iturraspe o los constantes movimientos de Susaeta. Sin embargo, muchas de las piezas capitales del sistema del técnico de Rosario no están ofreciendo el nivel esperado esta campaña. De hecho, la mayoría no se han mostrado como otra cosa que sombras de lo que fueron, totalmente carentes de energía e ideas, despoblados de imaginación e intensidad. Merece la pena pararse a analizar el rendimiento de algunos de estos jugadores:

Iker Muniain: Escorado a la banda izquierda pero con un gran protagonismo debido a su movilidad por toda la línea de tres cuartos, se podría decir que fue el Iniesta del Athletic. El pequeño diablo de la Txantrea se erigió como uno de los mejores jugadores de la liga y una de las revelaciones europeas. Esta temporada no se ha visto a ese jugador, ni rastro. Sin vacaciones debido a unas olimpiadas en las que se pudo ver su cara más oscura, el joven extremo se ha mostrado apático, sin chispa, sin esa imaginación que le caracteriza. Pasa por la peor temporada desde que ascendió al primer equipo de la mano de Caparrós. Es más, ha llegado a ser relegado al banquillo en detrimento de Ibai Gómez. No obstante, el Athletic necesita a uno de sus jugadores franquicia para levantar esta situación. Se le espera.

Óscar De Marcos: Las incesantes carreras y incontables kilometrajes realizados por De Marcos el curso pasado tampoco pasaron desapercibidos. El desmarque en ruptura desde la zona de interiores en el esquema de Bielsa lleva su nombre. Llegó a ser tan importante para el técnico rosarino que paliaba cualquier baja en el once recolocándole en el campo y jamás renunciando a su presencia en la titularidad. Este año, sin embargo, las piernas parecen no tener la misma energía. Su derroche físico no encuentra una recompensa final y, desde luego, no es aprovechada por sus virtudes técnicas. Muchos creen que el nivel que mostró el pasado año fue más de lo que podrá volver a dar. Lo que está claro es que puede ofrecer un rendimiento mayor del que está ofreciendo. Al igual que otros, puede necesitar descanso o, sencillamente, banquillo. Tampoco hay que dejar que nadie se vea indiscutible.

Markel Susaeta: En su llegada a Bilbao, Marcelo Bielsa llegó a decirle al eibartarra que confiaba más en él que él mismo, y desde luego que lo hizo. Jugó todos los partidos de la temporada en todas las competiciones, sumando un total de 62 encuentros. Además, el nivel que mostró le hizo dueño absoluto del extremo derecho formando una sociedad letal con Andoni Iraola. Esta temporada ha llegado a debutar con la selección española pero su juego también ha entrado en crisis. Su bajón no es tan notable como en otros casos pero si ha perdido mucha movilidad y explosividad en ataque. El funcionamiento de la banda derecha pasa, en buena medida, por sus botas.

Ander Iturraspe: La otra invención del entrenador argentino. En un sistema tan atrevido en ataque como expuesto en defensa, el centrocampista de Abadiño se estableció en la posición de mediocentro siendo el equilibrio del equipo y haciendo de nexo entre la defensa y el ataque del Athletic. Sin embargo, esta temporada ha llegado a ser sustituido antes del descanso por su bajo rendimiento. La intermitencia de su juego y los problemas físicos le han alejado de la titularidad. Con el paso de los partidos, queda más claro que el equipo necesita la mejor versión de Iturraspe para volver a encontrar un faro al que agarrar su juego de toque. San José ha realizado su candidatura para el puesto y ahora le toca al de Abadiño responder. Su vuelta es muy importante.

Otros casos hay dentro del equipo aunque posean menor relevancia. Iraola, insustituible en el lateral diestro durante los últimos años, se ha visto frenado por los problemas físicos y se espera que vaya recuperando el tono. Aurtenetxe, establecido en el lateral izquierdo el curso pasado, ha ofrecido una muy mala imagen desde su renovación. No obstante, las carencias en este puesto hacen que su vuelta sea vital. Herrera alumbra por momentos pero rápido se contagia del ánimo general del equipo. Incluso Ibai, que este año se ha sumado con muchos galones en su salto al primer equipo, está siendo intermitente y flojo en las coberturas. La situación de Llorente habla por sí sola, al igual que lo empieza a hacer la de Amorebieta. Puede que el nivel de la temporada pasada, construido con unos jugadores determinados que gozaban de un estado de forma y de ánimo que para nada es el actual, no se vuelva a repetir. Lo que está claro es que, visto lo visto, pueden realizarse las cosas mucho mejor de lo que se están haciendo. Las videotecas pueden demostrarlo.

Fotografía: Mundo Deportivo (edición digital)

martes, 15 de enero de 2013

Balance de la primera vuelta del Athletic (1º parte)


Tras la conclusión de la primera parte del campeonato estos son los datos que baraja el Athletic Club: 19 partidos jugados, 6 victorias, 3 empates y 10 derrotas, 23 goles a favor, 39 en contra. 21 puntos que les colocan en el puesto 14º en la clasificación, a 4 puntos del descenso y a 10 de Europa. Estos son los datos que refleja la tabla pero hay muchos más aspectos que merece la pena desgranar si queremos comprender algo más de la situación que atraviesa el club bilbaino. Hay muchos aspectos dignos de análisis.

Crisis del sistema defensivo

El notable bajón, llegado incluso a rozar la desaparición, del juego de ataque del conjunto de Marcelo Bielsa es algo de lo que más ha podido notarse en esta primera mitad de temporada. La esteril e inactiva segunda línea no ha aportado y el equipo se ha mostrado dependiente de Aritz Aduriz y de su gran estado de forma realizador durante estos meses. Sin embargo, lo que ha hecho saltar las alarmas es el catastrófico rendimiento en la parcela defensiva, como muestran los 39 tantos encajados. De esta forma, se iguala el peor registro de la historia en esta parcela, el de la temporada 1948/1949, también con 39 tantos encajados. Desde que existe la competición de 20 equipos, jamás había lucido en el casillero rojiblanco tan bochornoso número.

Buena parte de esta situación la tiene una línea defensiva que se ha mostrado muy débil y concesiva, protagonizando errores de bulto con asiduidad. Comenzando por la portería, el rendimiento de Gorka Iraizoz ha seguido siendo pobre, como el que muestra desde que es león. Sin hacer mucho hincapié en su idilio con los penaltis, habiendo encajado 40 de 44 (91%) desde que llegó a Bilbao, día tras día sigue aportando mucha más inquietud que seguridad. Desde algunas salidas sin sentido a goles encajados desde larguísimas distancias pasando por errores de decisión y ejecución como el del primer tanto encajado frente al Rayo el pasado viernes. Sólo cuando Bielsa empezó a dar minutos a Raúl Fernández en Copa del Rey y cuajó alguna buena actuación, Gorka tuvo buenos partidos carentes de despistes, llegando incluso a erigirse como héroe en la victoria contra el Mallorca. Sin embargo, con la liga como última competición, la amenaza de Raúl parece haberse apagado y, casualmente, han regresado los eternos fantasmas del meta navarro.

Dejando la portería a un lado, la línea defensiva no ha aportado mucha mayor estabilidad o seguridad. Los actuales datos de cifras encajadas no son nada si se visualiza cada uno de los partidos jugados por el equipo. Visto lo visto, la baja de Javi Martínez, que podría definirse como el equilibrio y el líder de este sistema defensivo, ha sido más dolorosa de lo que cualquiera pudiera haber imaginado. Además, los fijos durante la pasada temporada en esta parcela, Amorebieta, Iraola y Aurtenetxe, han tardado en entrar por culpa de sus problemas físicos y, cuando lo han hecho, su rendimiento no ha sido el esperado. Si bien Iraola ha vuelto con mejor pie, no se puede decir lo mismo de los otros dos. Aurtenetxe fue una buena solución, el curso pasado, para un puesto que llevaba años dando muchos problemas. El central reconvertido a lateral realizó un buen año basando su juego en la solidez. Desde su renovación, nada ha vuelto a ser igual y el debate del lateral izquierdo se ha vuelto a abrir. Lo de Amorebieta es más grave aún. Acaparando focos en Bilbao por el tema de una renovación que nunca llega y que hace dudar de sus ganas de continuar, no ha sido ni la sombra del central que se vio la temporada pasada. Además, el tema de su continuidad no beneficia para nada su imagen.

Entre unas cosas y otras, Marcelo Bielsa ha tenido que recurrir a muchos hombres para tratar de dar soluciones al problema de la defensa. Gurpegi, De Marcos, Ramalho o Iraola han pasado por el lateral derecho. En el eje de la zaga han comparecido Gurpegi, Iturraspe, San José, Ekiza, Amorebieta, Ramalho y Laporte. En cuanto al lateral izquierdo, Íñigo Pérez, Castillo, De Marcos y Aurtenetxe han pasado por allí. Muchos jugadores, demasiadas variaciones y, sobre todo, un gran exceso de readaptaciones de futbolistas a puestos que no son los suyos. Conclusión: desbarajuste, ninguna continuidad y escasos resultados. Asimismo, escuece ver tantos movimientos y adaptaciones de piezas que no dan ningún resultado y que jugadores como Mikel Balenziaga o Xabier Etxeita brillen en sus equipos, el primero como dueño del lateral izquierdo del Valladolid y el segundo como pieza fundamental en el eje de la zaga del Elche, líder de 2º. 

Aymeric Laporte ha sido, probablemente, la única buena noticia a nivel defensivo en el Athletic desde que empezó la temporada. El descubrimiento del central francés y su buen rendimiento en sus comparecencias con el primer equipo le llevaron a instalarse en él y a poder vestir el dorsal "4" en su camiseta. Sin embargo, no hay que olvidar que se trata de un jugador en edad juvenil y que no puede ser ese líder que tanto busca esta defensa. Debe ir entrando y aprender de los errores que pueda cometer, como el del día del Levante. Apunta muy buenas maneras y, por lo visto, cuenta mucho para Marcelo Bielsa a corto plazo. Veremos si cuenta con él para el partido del Betis.

Crisis absoluta en el entramado defensivo del sistema del conjunto rojiblanco. Muchas lesiones que han mermado el rendimiento y propiciado demasiados cambios de piezas en una línea que no acostumbra a tenerlos. Para colmo, cada día toma mayor relevancia el tema Amorebieta, que ya deja de ser noticia por su bajísimo rendimiento deportivo y cobra mayor importancia en el plano de fuera de los terrenos de juego. Malas noticias.

Fotografía: www.eitb.com

jueves, 3 de enero de 2013

El 2012 del Athletic (2º parte)



El paso del cielo al infierno, de la tranquilidad a la inestabilidad, de la calma a la tempestad. Si hay que definir el caminar del Athletic a lo largo del año 2012 se podría decir que así ha sido. El gran juego acompañado de resultados, la estabilidad en liga con rumbo permanente hacia los más altos puestos europeos y la épica y magia de la Copa del Rey y la Europa League, competición que siempre será recordada, quedaron atrás sin la guinda del pastel y son ya un espejismo de lo que actualmente se vive en el Botxo. Tras el verano, nada ha vuelto a ser igual. Un equipo, dos mundos, dos realidades.

Terminaba una temporada que sería recordada por los optimistas como uno de los años de mejor fútbol del Athletic y para los pesimistas como el año en el que terminamos hincando la rodilla en el momento de la verdad. Fuera como fuere, uno de los principales artífices de esta temporada, Marcelo Bielsa, se tomaba una semana para decidir sobre su renovación. Finalmente, el 3 de Junio, el técnico de Rosario renueva su contrato con el club bilbaino por una temporada más, gran noticia para el mayoritario número de bielsistas de la comunidad athleticzale, que esperaba que el equipo continuara creciendo en el segundo año del ilusionante proyecto. 

Pero de aquí en adelante comenzó el calvario del equipo rojiblanco. El 2 de julio echaba a andar la pretemporada y, solo tres días después, Bielsa ofreció una rueda de prensa de una hora en la que se despachó sin tapujos contra las obras de Lezama, las cuales definía como "una estafa y un robo" así como mostraba una autodenuncia por agredir a un operario de las mismas. Una exagerada defensa pero defensa al fin y al cabo de los intereses del club. Sin embargo, estas declaraciones no fueron respaldadas por Josu Urrutia y la web oficial del club emitió un comunicado en el que desautorizaba absolutamente a su técnico y declaraba que respecto a las obras todo iba según lo previsto. Ese mismo día, empiezan a aparecer publicaciones en diversos medios que anuncian la marcha del técnico argentino por esta desautorización del club. Todo Bizkaia se paraliza durante unas horas mientras entrenador y junta directiva se reúnen de urgencia en Ibaigane. Finalmente, Bielsa decide no abandonar la nave rojiblanca a pesar de lo sucedido desde la directiva. Sin embargo, la normalidad ya no volvería.

El 13 de agosto Josu Urrutia declaró en rueda de prensa que Fernando Llorente no desea renovar con el Athletic y que no se le dejaría salir si algún equipo no depositaba la cláusula de rescisión pertinente. Aquí comenzaba el eterno caso Fernando Llorente que tanto ha envenenado al club durante los últimos meses. Con interesantes ofertas en la mesa, el presidente no dejaría salir a un Llorente que acababa contrato en un año, un jugador por el que sacar unas cifras como las que se publicaban a un año de finalizar contrato era algo increíble y un futbolista que no deseaba continuar por motivos deportivos y no por económicos. Este asunto permanece hasta la actualidad.

Un jugador que no deseaba seguir unido a este proyecto y otro que lo terminaría abandonando. Este terrible mes de agosto para el Athletic suponía la marcha de Javi Martínez, buque insignia defensivo del proyecto de Marcelo Bielsa, al Bayern de Munich por el depósito de la cláusula de rescisión de 40 M€. Pilar básico que abandonaba el equipo no sin dejar 34 M€ de beneficio al club que lo ficho con 17 años a cambio de 6 M€, operación dura en lo deportivo pero interesante en lo económico. Sin embargo, a pesar de que había jugadores como Raúl García, Nacho Monreal o Beñat Etxebarria, que en el mes de agosto podían haber venido al club rojiblanco por cifras entre los 6 y 10 millones de euros por cabeza, acabaron no siendo fichados. El presidente Josu Urrutia, sabiendo que Javi Martínez marcharía, espero a tener ya el dinero preguntar por ellos y, obviamente, los clubes se terminaban apoyando en su cláusula. Otro mal movimiento del señor Urrutia. Mientras tanto la liga comenzaba y se perdían los dos primeros encuentros encajando 9 tantos entre ambos. La faceta deportiva se contagiaba de inestabilidad.

Entre septiembre y octubre seguían dándose situaciones extradeportivas que hacían que los medios  focalizaran su interés en el Athletic por todo menos por lo relacionado con los resultados deportivos. El 8 de septiembre Javi Martínez, quien había viajado a Munich con anterioridad sin permiso del Athletic para pasar el reconocimiento médico con el Bayern, saltaba la valla de Lezama para recoger unas cosas de su taquilla y terminaba por ser detenido por los miembros de seguridad. Más adelante, ya en octubre, Fernando Llorente es expulsado del entrenamiento por Marcelo Bielsa por motivos de falta de intensidad y acusaciones por parte del técnico argentino al ariete de no estar con la cabeza en el Athletic. Una situación que también tuvo excesiva repercusión en los medios. Este mismo mes se publicó en diversos medios una filtración de la charla que mantuvo Marcelo Bielsa con el equipo tras las finales del curso anterior. Alguien sacaba a la luz lo que jamás debería de haber salido de la caseta. Aún así, si lo que se buscaba era dañar la imagen del técnico argentino, el efecto logrado fue precisamente todo lo contrario.

A nivel deportivo, ningún tipo de estabilidad desde aquí a final de año. La bochornosa participación en Europa League y la eliminación de la competición en un grupo en el que se debería haber pasado como primero de grupo. En Copa del Rey, otra eliminación termpranera y lamentable ante un 2ºB en la primera ronda del torneo. Dos amargas despedidas para el viejo y eterno San Mamés.  Desde la grada, división por lo que supone la figura de Fernando Llorente para el club, un jugador que a nadie ha convencido con sus primeras y últimas palabras sobre los porqués de su no continuidad en el club que le ha dado de comer y le ha hecho futbolista. Inestabilidad, tensión, derrota y un poco de amargura. 2012 queda atrás con las eliminatorias europeas del pasado curso como mejor momento y todo el tramo de campeonato que llevamos como peor. Sin embargo, este año ya queda atrás y 2013 ha comenzado y lo que tenemos de momento es la liga. ¿Objetivos? Ya veremos. ¿Esperanzas? Todas.

domingo, 30 de diciembre de 2012

El 2012 del Athletic (1º parte)


El paso del cielo al infierno, de la tranquilidad a la inestabilidad, de la calma a la tempestad. Si hay que definir el caminar del Athletic a lo largo del año 2012 se podría decir que así ha sido. El gran juego acompañado de resultados, la estabilidad en liga con rumbo permanente hacia los más altos puestos europeos y la épica y magia de la Copa del Rey y la Europa League, competición que siempre será recordada, quedaron atrás sin la guinda del pastel y son ya un espejismo de lo que actualmente se vive en el Botxo. Tras el verano, nada ha vuelto a ser igual. Un equipo, dos mundos, dos realidades.

El Athletic comenzaba el año 5º en liga, clasificado como primero de grupo en la Uefa Europa League tras una gran fase de grupos y esperando afrontar su duelo contra el Albacete en octavos de final de la Copa del Rey. De hecho, durante el mes de enero y principios de febrero, el conjunto de Marcelo Bielsa certificó su pase a la final de este torneo doblegando por el camino a Albacete, Mallorca y Mirandés. En el horizonte, el todopoderoso F.C. Barcelona de Pep Guardiola, pero eso quedaba todavía lejos. Mientras tanto, en liga se consiguieron importantes triunfos contra Levante y Rayo Vallecano, se dejaron escapar puntos contra Espanyol y Getafe y se mordió el polvo una vez más en el Santiago Bernabeu. Febrero comenzó con una derrota en el Villamarín antes de comenzar el carrusel de encuentros de Europa League que no tendrían fin hasta la gran final.

Entre Febrero y Abril, el conjunto bilbaino exhibio un juego que asombró a todo Europa e hizo que el viejo continente honrara con infinitos halagos al equipo entrenado por Marcelo Bielsa y su vertiginoso juego. Tras conseguir eliminar al Lokomotiv en un muy trabajado encuentro en San Mamés, el precioso reto del Manchester United se presentaba ante los leones, y sí, digo los leones porque, además del equipo, 8000 gargantas se desplazaron hasta Inglaterra para llevar un pedazo de San Mamés hasta una eliminatoria en la que había poco que perder y mucho que ganar. Y ante la sorpresa de todo Europa, el Athletic arrolló a un Manchester United en una eliminatoria que quedará grabada en la memoria de todo athleticzale. Victoria en los dos partidos, especialmente importante el de Old Trafford que, seguro, ninguno olvidaremos. Siguiente reto, el Schalke de Raúl y el cazador Huntelaar. El ex-capitán del Real Madrid demostró su talla de jugador mundial con todavía mucho fútbol en las botas, algo que San Mamés premiaría en el partido de vuelta con una ovación que será recordada. En Gelsenkirchen anotó un doblete para ponerle las cosas muy difíciles a los leones pero, empujados por una fuerza inusitada, llevaron a cabo una remontada en el tramo final del encuentro que les hizo preguntarse a los alemanes de dónde podían sacar las fuerzas estos vascos. Con un 2-4, el encuentro de vuelta fue más tranquilo y sirvió para que un desconocido Ibai Gómez se asomara al balcón del bacalao anotando un precioso tanto de esos que en Highbury veían con Thierry Henry cada fin de semana. Ya en semis esperaba el Sporting de Portugal. Si bien se dejó escapar el partido de ida, equipo y afición se conjuraron para lograr la clasificación en San Mamés y, todo el pueblo respondió. Una comunidad  conjurada para ayudar a sus leones a derrotar a los portugueses, quienes hincaron la rodilla en La Catedral tras un encuentro épico, el último gran encuentro de Fernando Llorente. El Atlético de Madrid del Cholo Simeone esperaba en Bucarest.

Como era de esperar, el desgaste europeo supuso prestar menor importancia al torneo doméstico y eso se plasmó en los resultados. La corta plantilla de la que disponía el técnico de Rosario y su predilección por no rotar provocó que se pegase un bajón considerable en liga. El objetivo Europa seguía estando entre ceja y ceja pero se habían perdido muchísimos puntos en estos meses. Precisamente, en esta espera hasta las dos finales, el Athletic pudo rubricar incluso una clasificación para la Liga de Campeones, pero su juego ya no volvió a ser el mismo. De hecho, ambos grandes retos, la posibilidad de ponerle la guinda a una temporada de ensueño, se desvaneció cuando el Athletic cayó estrepitosamente contra el Atlético de Madrid en Bucarest. El mazazo para equipo y afición fue terrible, haber nadado con semejante fuerza para terminar muriendo en la orilla. Después caímos también contra el Barcelona en Mestalla, ningún título al final, el "Aurten Bai" pasó a mejor vida. A partir de entonces, el Athletic comenzaría sus vacaciones, puesto que por ningún campo se volvió a ver a ese equipo relámpago que introducía una tensión a los partidos que el rival era incapaz de aguantar, ese equipo ya no estaba. Se logró la clasificación europea vía copa, con dos eliminatorias previas, algo era algo, y todos esperamos que el segundo año de este magnífico proyecto consolidara lo que habíamos visto que se podía alcanzar en el primero. El futuro era esperanzador.

Fotografía: elfutbolesnuestro.com

jueves, 13 de diciembre de 2012

El Athletic es un barco a la deriva

La burbuja se ha hinchado hasta el punto de estallar. Esto se podría decir que le ha sucedido al Athletic en apenas unos meses. El mismo equipo y dos realidades distintas en apenas siete meses. De lo que pudo ser un doblete maravilloso al viaje más turbulento que se podía imaginar enrolados en un barco que va zarandeándose hacia la deriva. La victoria del domingo fue balsámica. Sin embargo, ayer el conjunto de Marcelo Bielsa dijo adiós a la Copa del Rey al no poder superar una eliminatoria que jamás debería haber perdido. La realidad es muy dura, San Mamés ya se ha despedido, de forma prematura, de Europa y de la Copa del Rey. Veremos de qué forma se despide el mítico estadio de la liga. Queda muchísimo para poder remontar el vuelo pero lo que no hay que olvidar es que, ahora mismo, el equipo navega sin rumbo establecido.

El fatídico encuentro de ayer en San Mamés no hizo más que sacar a la palestra todos los problemas que sufre este club. Ya no es cuestión de si falla el entrenador o de si no cumplen los jugadores. El virus que nació en el interior de esta entidad durante el verano ha crecido y se ha apoderado de una entidad que no sabe como curarse. No existe la posibilidad de tener un poso de tranquilidad. Cuando parece que la situación se normaliza, vuelve a suceder algo que vuelve a sembrar la incertidumbre, a desatar el caos. Ojalá fuesen solo los resultados, eso siempre se puede levantar. La terrible enfermedad que sufre el Athletic se ha extendido a todos sus estamentos y crece sin control, ha llegado hasta a aquellas partes que jamás podríamos imaginar. 

Marcelo Bielsa continúa asumiendo culpas cada vez que los resultados no acompañan y estos argumentos dejan de ser válidos. Ni el año pasado era un dios ni este año es todo lo contrario, pero las decisiones que toma en ciertas ocasiones son dignas de estudio cuanto menos. La última, la decisión de seguir contando con Fernando Llorente, el mayor factor desestabilizador del club, a sabiendas de todo el clima que se ha montado a su alrededor. A pesar de todo esto, sobra decir que los que juegan y tienen la responsabilidad de lo que sucede en el terreno de juego son los jugadores, esos mismos que el curso pasado deleitaron en muchísimos campos de España y Europa y que, este año, parecen no ser ni la sombra de lo que fueron meses atrás. El motivo puede ser desconocido o doloroso, depende de dónde se postule cada uno. Pero la verdad es que lo que más me ha sorprendido y más repulsión me causa es ese sector de la afición que prima el odio en lugar del sentimiento rojiblanco, que prefiere satisfacer su necesidad de increpar antes que apoyar a un equipo que le necesita más que nunca. Se podía esperar cualquier cosa menos esto, jamás la ruptura de la afición, icono y símbolo de este club centenario. San Mamés no se merece ésto en el año de su despedida.

Por todo ello, es necesario tomar decisiones. Puede que no sepamos la receta de la tranquilidad, supongo que cada uno tendrá la suya. Lo que está claro es una cosa: la tontería de Urrutia de mantener a Llorente en un club en el que no quiere estar nos ha costado ya demasiado cara. Debe salir en Enero o quedarse en casa, puesto que, además de no aportar, cierto sector de la grada ha decidido focalizar sus esfuerzos en destruir en lugar de recomponer, muy a mi pesar. Otros cambios también se deben producir, no sé si en los planteamientos, en el factor motivacional o en el mismo banquillo, pero lo cierto es que hay ciertos créditos que comienzan a terminarse. Ahora toca esperar a que los Iraola, Aurtenetxe, Iturraspe, Susaeta, Herrera, Aduriz y compañía levanten esto para calmar los ánimos, por lo menos durante un tiempo. Toca remontar el vuelo en liga, que es lo que queda, para tratar de darle a San Mamés la despedida liguera que se merece. Único objetivo.