La situación de Fernando Llorente ha influido de una forma tan determinante en el devenir del Athletic este curso que dudo que se pueda dejar de hablar de temas extradeportivos hasta que finalice la temporada. Dos victorias balsámicas en liga que habían hecho centrarse en la situación deportiva del equipo y el festival de gritos y aplausos del Bernabeu para volver a encender la mecha de la inestabilidad. Para colmo, una entrevista que más que indagar en busca de profundizar pareció una charla entre dos amigos en la que uno no quiere comprometer al otro. Oportunidad perdida y ahora, más claro que nunca, la relación entre club y jugador rota y sin remedio.
Esta situación ha afectado al equipo más de lo que nadie se podía imaginar, sobre todo habiendo dejado atrás una excelentísima campaña. El primer año de un proyecto con Marcelo Bielsa a la cabeza. Cuando en verano Llorente transmitió a Urrutia que no quería renovar, el máximo mandatario rojiblanco cometió un error que el tiempo ha certificado como mayúsculo. Con ofertas cercanas a los 30 millones de euros por un jugador que terminaba contrato en un año, se remitió a la cláusula con el fin de mandar un mensaje a toda la camada de leones y cachorros. Claro énfasis a la filosofía y a la distinción de un club especial. Sin embargo, no hay que olvidar que el fútbol ha cambiado y, en muchas ocasiones, los grandes movimientos de mercado pueden colaborar con éxitos. Para nada me coloco en la tesitura de un Athletic vendedor supeditado al mercado, pero si inteligente. No es traicionar la filosofía aceptar una oferta suculenta por un jugador que ha declarado que no desea continuar en el proyecto y que podrá irse en un año sin dejar ni un céntimo en las arcas.
Como hemos podido comprobar, esta decisión de Urrutia ha afectado de forma determinante al equipo desde que echara a rodar el balón en pretemporada con uno de los periodos de mayor inestabilidad extradeportiva que se conocen. El jugador lo manifestó en su día y ahora debe cargar con la losa de su decisión. No obstante, el club lidia con una situación muchísimo peor y, sin duda, es algo que se podía haber evitado. No nos echemos las manos a la cabeza ahora, el mayor error se produjo hace meses.
Fotografía: Marca (edición digital)
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