Una derrota, cuatro bajas y una cara de tontos para enmarcar. Este pack fue el que se trajo el Athletic de su visita al Ramón Sánchez Pizjuán en el partido que cerraba la jornada liguera de este fin de semana. En lo que fue un partido de lado a lado del campo conducido más por las imprecisiones que por lo que en principio pueda parecer, se terminó imponiendo la puntería. Negredo marcó los dos tantos sevillanos y ofreció un recital de lo que debe ser un 9, algo que Llorente, a quien Bielsa dio la titularidad, lleva tiempo sin ser. Hubo oportunidades para que el conjunto rojiblanco se llevase los tres puntos pero no hubo atrevimiento cuando había que dar un paso adelante. Al final, tanto sevillista sobre la bocina y oportunidad perdida. Suerte que los equipos de abajo no ganaron. A pesar de ello las preocupaciones continúan.
El Athletic regresaba a la defensa de cuatro frente al Sevilla situando a Laporte en el lateral izquierdo y quedando Ekiza y Gurpegui como centrales. Muniain regresaba a la titularidad en el extremo izquierdo y Llorente entraba en el once por un Aduriz mermado durante toda la semana. Sin embargo, no había dado apenas tiempo a comentar nada de ésto cuando llegó el tanto del Sevilla. Una falta innecesaria de Gurpegui, probablemente el único error que cometió ayer, fue botada por Rakitic con gran maestría y defendida fatal por el Athletic como acostumbra esta temporada. Hasta tres jugadores del conjunto hispalense pudieron rematar solos en el área pequeña en una falta frontal. Finalmente fue Negredo quien cabeceó a la red en otra acción a balón parado defendida catastróficamente por el equipo de Marcelo Bielsa. Increíble lo que ha sido este equipo y lo que es en lo que a juego aéreo se refiere, verdaderamente increíble.
Poco después pudo sentenciar Reyes tras un resbalón de Iraola, otro más. Afortunadamente para el Athletic, el remate del hispalense fue rematadamente malo. El conjunto zurigorri, un día más, estaba totalmente perdido y fuera del partido. Problemas en la salida de balón, múltiples imprecisiones en el pase y entregas al rival, ausencia de apoyos y errores absolutos en la toma de decisiones. Los errores que el equipo lleva cometiendo durante toda la temporada siguen sucediéndose encuentro tras encuentro y Bielsa sigue sin dar con la solución. El rosarino es un auténtico experto detectando los errores del equipo pero es incapaz de solucionarlos. Mientras tanto, tímidas llegadas de los leones que finalizaban con Llorente haciendo mil regates innecesarios en lugar de disparar sin oposición o con Herrera haciendo un taconazo incomprensible y regalando una contra al rival con todo el equipo en área contraria. El talentoso centrocampista es un jugador superlativo para el Athletic pero el exceso de estas frivolidades ponen en riesgo al equipo en exceso. Al igual que Ibai, cuyo golpeo de exterior es un gran recurso pero que se convierte en innecesario en muchas ocasiones. Hay que centrarse en ser efectivos y hacerlo fácil, que el equipo no va sobrado precisamente.
El segundo tiempo comenzó con el ingreso en el campo de Aduriz e Iturraspe por Llorente y San José. El de Rincón de Soto no aprovechó su titularidad y acusó la falta total de un ritmo que ya le costaba coger de por sí cuando jugaba regularmente. Su sustituto y el delantero titular del Athletic, Aduriz, tampoco mejoró mucho la delantera y estuvo más metido en peleas que cualquier otra cosa. Pero quien merece una mención especial es Ander Iturraspe. El espigado centrocampista, faro del centro del campo la temporada pasada, está cuajando una temporada para el olvido. La fragilidad defensiva del equipo ha llevado a Bielsa a situar a San José en su posición y eso le ha llevado a apenas jugar desde hace mucho tiempo. Para colmo, cuando ingresa en el verde, hace cosas como ayer. Con todo el juego de cara, puesto que es el centrocampista más atrasado, regala el balón al contrario y se ve obligado a cometer una falta para recuperar el balón ganándose una tarjeta. Iturraspe es la viva imagen de la desesperación. Sin duda, uno de los jugadores a los que más daño está haciendo esta temporada para el olvido.
A los diez minutos de la segunda parte, una precisa falta botada por Ibai Gómez era peinada por Gurpegui para establecer el empate en el marcador. El central reconvertido veía premiado, de esta forma, su mejor partido de la temporada. El equipo mejoró sensaciones según avanzaba la segunda mitad. Sin embargo, con la expulsión por doble amarilla de Fernando Navarro y la ocasión perfecta para tomar el control absoluto del partido, el Athletic pisó el freno, algo incomprensible y que desesperó a todos los athleticzales. Para colmo, Aymeric Laporte, una vez más compareciendo en el lateral izquierdo por las circunstancias, se iba a los vestuarios antes de tiempo por ganarse dos amarillas estúpidas e innecesarias en dos minutos. La segunda expulsión del joven talento francés en 15 partidos empañaba su más que aceptable encuentro. Un error que demuestra que, por mucho que pueda parecer, es un chico de 18 años al que le queda mucho por aprender.
Y en una de estas idas y venidas, el Sevilla aprovechó que el conjunto rojiblanco no suele finalizar sus jugadas para meter la directa con una contra y finiquitar el partido de la mano de Negredo. Minuto 87 y cara de tonto para toda la parroquia rojiblanca que veía como las posibilidades de sumar se iban y se certificaban con el pitido final. El Sevilla pudo derrotar al Athletic sencillamente agarrándose al poderío de Kondogbia, el talento de Rakitic y la pegada de Negredo, todo ello sin el insustituible Jesús Navas. Mientras tanto, el equipo bilbaino sigue sin certificar el objetivo y renuncia a la tranquilidad una semana más, y pueden ser dos, ya que De Marcos, Gurpegui, Aduriz y Laporte no podrán jugar frente al Real Madrid por sanción. Además, Iraola terminó tocado el encuentro y también podría ser baja. Algunos verán la noticia como mala por la pérdida de efectivos inmediatos, otros pensarán que mejor que estén limpios contra el Deportivo dentro de dos semanas. Lo que está claro es que hay que sumar, como las pasadas jornadas, sea como sea. Si no, seguiremos en busca de una tranquilidad que nunca llega.
Fotografía: Deia (edición digital)
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