El último Athletic - Real Madrid, el último de uno de los grandes clásicos del fútbol de nuestro país, se saldó con la decimosexta derrota de la temporada. Si el circunstancial equipo que tuvo que utilizar Bielsa debido a las múltiples bajas hacia que nadie augurara un resultado diferente, durante buena parte del partido el equipo rojiblanco llevó el peso del partido con tintes de buen juego combinativo y preciosista. Sin embargo, el increpado Ronaldo se echó al conjunto blanco a las espaldas para decantar el encuentro con dos tantos y una asistencia. La Catedral vivió el último de tantos vibrantes choques entregada a su equipo cuando se creyó en las posibilidades y mofándose de un inoperante Llorente cuando estaba todo perdido. La derrota deja al equipo con 35 puntos, a ocho de los puestos de descenso.
Ante las importantes bajas en el Athletic, Marcelo Bielsa tuvo que alinear un once de circunstancias. Ramalho ocupó el lateral derecho, San José retrasó su posición para acompañar a Ekiza en el centro de la zaga, Aurnetetxe regresaba al lateral izquierdo e Iturraspe a la contención, Muniain actuaba como interior junto a Herrera y Llorente, capitán debido a las ausencias de Iraola y Gurpegui, actuó como delantero centro. Muchos cambios para un equipo que no se caracteriza por tener la más larga de las plantillas. Sin embargo, ni dio tiempo a comprobar el rendimiento de la misma cuando Cristiano Ronaldo envió el balón a la escuadra en un magistral lanzamiento de libre directo. Primer minuto de partido y tanto a balón parado en el que Iraizoz poco pudo hacer. 0-1 en el marcador cuando más de la mitad de los jugadores que había sobre el césped todavía ni habían tocado la pelota.
Pasado el desafortunado inicio, el Athletic se fue asentando sobre el campo y dominó el juego frente al equipo madridista acumulando largas posesiones y un juego combinativo que estos jugadores llevaban mucho sin exhibir. Ander Herrera se disfrazo de mago y comenzó a asociarse con el de aquí y el de allí. Por su parte, Iker Muniain, en una posición más interior, se mostró más incisivo que en otras ocasiones y tuvo detalles que recuerdan al endiablado extremo que no se ha visto este curso. Ander Iturraspe, que regresaba a la titularidad, también dio una buena salida de balón y siempre dio una opción de apoyo. El equipo acumulaba la posesión ante un Real Madrid que ni tenía el balón ni llegaba. Sin embargo, este detalle merece un pequeño análisis porque el equipo de Mourinho se encuentra agusto entregando el dominio del juego al rival esperando para matar con sus eléctricas contras. Por ello, los jugadores del centro del campo del conjunto de Bielsa no estuvieron muy presionados y podían mover con solvencia el balón. Se vio un mejor Athletic sí, pero hay que tener en cuenta todos los detalles.
Estas posesiones del Athletic bien pudieron traducirse en el tanto del empate si no hubiese sido por la inspiración de Diego López. Detuvo un potente tiro raso pegado al palo a Susaeta y un zurdazo a Herrera con la yema de los dedos. También pudieron marcar los blancos, pero Di María estrelló el balón en el larguero solo ante el portero tras un balón que superó a San José. Quien sí estuvo inspirado fue Jonas Ramalho. El de Romo se mostró rápido y contundente en defensa, dio apoyos y combino cuando fue necesario y tuvo alguna subida al ataque acompañada de centro al área. El sustituto de Iraola no acusó la falta de ritmo durante el primer tiempo, compitió bien y dominó su zona, al igual que todo el Athletic.
Pero con el inicio del segundo tiempo, el partido se volvió más bronco y el conjunto bilbaino cedió terreno al Real Madrid, aunque puede ser que el equipo de Mourinho comenzara a apretar el acelerador después de aguntar durante el primer tiempo sin pasar excesivos apuros. Ronaldo comenzó a aparecer con más frecuencia y, en una de éstas, hubo un lance con Aurtenetxe que provocó la ira del portugués y la increpada del público al mismo. El problema es que parece que cuanto más increpado es Cristiano, más se enciende y mejor termina jugando. De hecho, el portugués terminó con las esperanzas del Athletic al cabecear a la red una falta botada por Xabi Alonso. Ramalho, hombre que marcaba al 7 blanco, mantuvo una batalla de empujones con él pero, a la hora de la verdad, se le olvidó saltar. También cabe decir que hay hombres con mayores posibilidades en el juego aéreo para poder marcar al portugués. Justo tras el tanto, el lateral fue sustituido por Iraola pero, que nadie se engañe, al joven defensor le tocó bailar con la más fea y cumplió con nota, un detalle muy a tener en cuenta sobre todo tras la más que decepcionante campaña de Andoni Iraola.
Respecto al contundente juego empleado por el Athletic en el segundo periodo mucho se ha hablado. Algunos medios han criticado la dureza de los de Bielsa, esos que no dicen nada de la posibilidad de que Xabi Alonso fuese expulsado por ganarse la segunda amarilla al golpear a San José en la cara. Cada uno ve lo que quiere. Sin embargo, no parece que el resultado del partido fuese a haber cambiado mucho, sobre todo porque Cristiano Ronaldo seguía empeñado en amargar el día a la parroquia rojiblanca. El de Madeira filtró un pase entre tres defensores para que Higuaín definiera con un potente disparo raso al palo largo. Un lanzamiento calcado al de Susaeta de la primera parte. Diego detuvo y Gorka no. El partido terminó con cánticos irónicos de la grada de San Mamés contra un Fernando Llorente que muestra un rendimiento irrisorio. En definitiva, ultimo Athletic - Real Madrid en la Catedral del fútbol y 0-3, dolorosa y decepcionante despedida. 35 puntos en el casillero para el Athletic y ya pensando en el Deportivo, aunque muchos llevan pensando en el conjunto gallego desde hace una semana.
Fotografía: web oficial del Athletic Club
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