martes, 20 de agosto de 2013

Un motor que carbura


Primer partido de la temporada y primeros tres puntos que viajan a Bilbao. Hacía bastante que no se empezaba con victoria en liga y mucho menos a domicilio, concretamente desde 2010 frente al Hércules. Superado este primer trámite con el siempre delicioso sabor de la victoria, toca analizar algunos detalles. Si bien en algunos momentos al equipo le costó defenderse, debido a los automatismos tatuados a fuego en la etapa de Marcelo Bielsa, algo muy positivo que se pudo apreciar es el funcionamiento del centro del campo, formado por Iturraspe, Beñat y Herrera y acompañado constantemente por Muniain. El rendimiento de estos futbolistas es la mejor noticia que se puede extraer del encuentro del sábado frente al Real Valladolid.

La disposición que planteó Valverde fue un 4-2-3-1. En este dibujo, Iturraspe y Beñat forman el doble pivote y Herrera se coloca como mediapunta detrás del delantero. Muniain, por su parte, no cambia su rol y continúa jugando por la izquierda en la zona de tres cuartos. Como se pudo apreciar en el José Zorrilla, con este esquema Iturraspe ya no se convierte en el único hombre en sacar la pelota ya que Beñat también se ocupa de esta función. De esta forma, el de Abadiño estuvo más liberado y pudo concentrarse en dar apoyo constante, distribuir a bandas, hacer coberturas y robar balones. Se trata de un jugador en el que las pérdidas de balón en el pase eran algo bastante habitual cuando formaba como único pivote por delante de la defensa. Sin embargo, contando con Beñat a su lado, se encuentra mucho más liberado, todo ello a pesar de que su rol es mucho más defensivo que el de Igorre. Puede que con su compañía se consiga ver una gran versión de Iturraspe, como la que pudo apreciarse en el segundo tiempo del encuentro del sábado. 

La nueva incorporación, el ya citado Beñat, certificó frente al Valladolid el porqué de su fichaje. Se encargó de ayudar a Iturraspe en la salida de balón, combinó con Herrera y Muniain constantemente, robó balones y, además, rubricó la gran jugada del primer tanto rojiblanco con una excelente asistencia a Susaeta. El centrocampista ha llegado a Bilbao para ser el motor del centro del campo del Athletic, para que todo el juego del equipo pase por sus pies. Además, desde el primer momento se vio como el de Igorre se hizo dueño de todas las jugadas a balón parado. Está con confianza y debe continuar con este rol para dotar al conjunto rojiblanco de ese jugador regular que le haga funcionar cuando otros más intermitentes desaparezcan. 

En el vertice superior de esta medular se sitúa Ander Herrera. El talentoso centrocampista ha pasado de formar como volante ofensivo en el esquema 4-3-3 de Bielsa a hacerlo como mediapunta en el 4-2-3-1 de Valverde. En este nuevo sistema ya no debe centrarse tanto en la salida de balón, puesto que Iturraspe y Beñat son los encargados de esta tarea. El nuevo cometido de Herrera consiste en llegar constantemente al área en busca de la finalización o del último pase. Su facilidad para elaborar le permiten bajar a entrar bastante en contacto con la pelota pero su zona de influencia ha pasado a ser más cerca de la portería contraria. Ya se le pudo ver en Valladolid rozando el gol tras una buena maniobra desde dentro del área. Triangulará y asistirá como siempre lo ha hecho pero, además, deberá buscar esa última acción determinante. Para él no es nuevo, ya lo hizo en Zaragoza. Es uno de los mayores talentos de los que dispone el equipo y coronará esta gran medular en cuanto automatice su nuevo rol, no hay duda.

Finalmente, otro que parece que vuelve a entrar en una dinámica positiva y que está destinado a ser uno de los jugadores que más se asocien con estos jugadores es Iker Muniain. El año pasado fue un curso muy difícil para el navarro y parece que ha comenzado el presente tratando de borrarlo totalmente de su memoria. Aguantó el balón e hizo descansar al equipo cuando fue necesario, encaró, profundizó por dentro, combinó y bajó a apoyar y, finalmente, anotó el tanto de la victoria en el campo en el que consiguió su primer tanto en Primera División con 16 años. Probablemente el jugador que más puede marcar las diferencias a nivel individual en el conjunto rojiblanco quiere salir del bache en el que estuvo atascado la temporada pasada y, para ello, ha comenzado este año con una gran actuación. En Bilbao se le espera como agua de mayo.

Fotografía: www.rtve.es

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